La carrera por adaptarse: La consultoría ágil y consultoría tradicional

Varias grandes consultoras tradicionales han empezado una carrera por diversificar su modelo y adaptarse a un nuevo estilo de consultoría: la consultoría ágil. Pero, ¿Qué hace que la consultoría ágil gane terreno a la consultoría tradicional?

En primer lugar, el entorno empresarial actual presenta una volatilidad sin precedentes.

Las disrupciones de mercado aparecen más rápido y con más frecuencia que nunca. El cambio es ya parte del entorno empresarial actual, presente en nuevas constantes de desarrollo como la digitalización, la transición hacia un modelo sostenible o la internacionalización. Pero eso es solo la punta del iceberg.

Tan solo en el último año, hemos vivido la guerra de Ucrania, la aparición de metaversos y un cambio radical del entorno laboral post-pandemia, entre otras muchas cosas. Ahora, estamos presenciando el principio de la revolución tecnológica de las IA, cambios globales frente a la incipiente recesión y una rearticulación total de la geopolítica energética internacional.

Hoy más cuestiones que nunca determinan el éxito empresarial, y muchas empresas recurren a consultores para que les apoyen en todos estos frentes, ayudándoles a mitigar riesgos y generar oportunidades. Sin embargo, estas mismas empresas buscan resultados inmediatos en un mundo en constante cambio, lo que ha provocado la carrera por adaptarse al modelo de consultoría ágil.

En un contexto donde la adaptabilidad en tiempo real es más necesaria que nunca, la consultoría ágil, rápida y flexible se convierte en la evolución lógica para responder a las nuevas necesidades.

Los acercamientos más recientes de las grandes consultoras intentan utilizar servicios e incluso plantillas nuevas, que ni se pueden apoyar en la estructura previa de su modelo ni logran ser verdadera consultoría ágil. Y ahora el ¿por qué? ¿En qué se diferencia de la consultoría tradicional?

La consultoría tradicional es una maratón. Emplea un enfoque estructurado en el que un equipo de consultores llega, evalúa la situación actual y desarrolla un plan para resolver un problema. Trabajan a gran escala y pueden pasar semanas, o incluso meses, analizando datos y haciendo recomendaciones, concluyendo con un informe planteando una estrategia a largo plazo. Es un estilo que busca, con un gran coste, obtener un desarrollo sostenible a largo plazo.

La consultoría ágil, en cambio, trabaja con grandes sprints. Funciona en tiempo real, siendo más flexible, rápida y especializada. Combina la dimensión estratégica de una asesoría tradicional con la especialización y dinamismo que se obtiene al contar con especialistas externos de un marketplace. En lugar de pasar meses recopilando datos y estudiando la empresa en su totalidad, localiza y colabora con especialistas para cumplir objetivos concretos de alto impacto. La gran ventaja del modelo es que proporciona un impulso enorme con bajo coste para cumplir objetivos de una empresa, ya sea en la realización de proyectos, toma de decisiones o planificación estratégica.

La consultoría ágil está ganando terreno en el sector del desarrollo de negocio porque está diseñada desde su base para cubrir las nuevas necesidades emergentes de sus clientes, cuando lo necesiten.

La consultoría tradicional aún puede proporcionar una estrategia a gran escala, para invertir en crecimiento a largo plazo. Sin embargo, en el clima actual muchas empresas buscan adaptabilidad y un impulso rápido para sus proyectos concretos, lo que convierte la consultoría ágil en la opción más eficaz.Por eso, tras entender la oportunidad que presenta el modelo, las grandes consultoras han pasado a perseguir la complicada meta de ofrecer la innovadora consultoría ágil desde su clásico modelo tradicional.

La consultoría ágil es joven, y aún tenemos mucho por recorrer, pero afortunadamente, nuestro crecimiento empieza en la meta y nuestro camino se hace al andar.

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